¿Cuántas veces has imaginado durante el embarazo en el día en que por fin tu bebé está en casa y juegas con él? Y llegado el momento no sabes muy bien a qué jugar con tu peque, más allá de decirle cosita, caricias y canciones (que oye, está muy bien).
Lo que debemos tener en cuenta sobre este aspecto es entender en que momento madurativo está y ofrecerle los recursos y el espacio para que pueda jugar libremente.
El juego es una actividad inherente del ser humano y de gran importancia en la infancia. El niño no solo se entretiene mediante el juego, sino que a través de él manifiesta todas las habilidades motoras, cognitivas, emocionales y sociales.
Para un desarrollo pleno es fundamental vivir cada etapa cuando corresponde, por eso es necesario que el juego que se ofrece al niño sea el que dé cobertura a las necesidades del momento madurativo en el que se encuentra. El juego libre se basa en que las acciones del niño sean guiadas por su propio instinto y curiosidad innata y le permite explorar la creatividad y desarrollar la capacidad de encontrar soluciones alternativas a los problemas.

Según Jean Piaget, el juego va evolucionando al mismo tiempo que el desarrollo cognitivo del niño, ya que no es mas que una parte del proceso mental. Describe 3 tipos genéricos de juegos:
- Juego de simple ejercicio o funcional (hasta los 2 años)
- Juego simbólico (de los 2 a los 7 años aproximadamente)
- Juego de reglas (desde los 6/7 años hasta los 12)
Hoy me voy a centrar en los dos primeros años de vida del bebé. En esta etapa, según Piaget, el juego predominante es el funcional o de simple ejercicio. Consiste en la repetición de acciones para ver el resultado inmediato y placentero de las mismas.
1º mes de vida: Piaget afirma que en los dos primeros meses de vida no hay ninguna actividad lúdica y el juego aparece a partir del segundo mes. En esta primera etapa se aprecian los reflejos del bebé, una respuesta totalmente involuntaria, ante un estímulo externo.
2º al 4º mes: la conducta del bebé se denomina reacción circular primaria lúdica. El bebe realiza una acción y obtiene una respuesta, no de forma intencionada y le resulta placentero repetirla. Las acciones las realiza con su cuerpo, por ejemplo, mover los pies o llevarse la mano a la boca.
5º al 8º mes: las acciones las empieza a realizar con el entorno, por ejemplo, mover un sonajero. Manipulación constante de los objetos explorándolos sensorialmente. Empieza a surgir cierta intencionalidad en las acciones y cuando logra sentarse descubre el mundo desde una nueva perspectiva.
9º a los 12º mes: se da el gateo y comienza a andar, con lo cual, tiene mayor facilidad para explorar el entorno. En el juego con otras personas, él empieza a tener más protagonismo.
12 a los 18º mes: los objetos pierden importancia porque el niño se está descubriendo a sí mismo. Hay mucha actividad motora para ver qué puede llegar a hacer en su entorno. El inicio del lenguaje oral permite una mayor interacción con el adulto.
18º a 24º mes: el juego de interacción social coge más peso y empieza a llevar a cabo el juego presimbólico. Ya es consciente de la existencia de las cosas, aunque no las vea.